[ESP] En Deshacer, Rehacer intentamos desplazar la masculinidad hegemónica al reiterarla, exagerarla y romperla, transformándola hasta llegar a cuerpos “femeninos” sujetos a la violencia extrema del estado patriarcal. Utilizando lo que solemos llamar “ternura radical”, devenimos desafiando las normas de género y sexualidad desde dos cuerpos “cuirs”. Desde el dolor y la modificación de la piel, abordamos también la violencia impuesta a los cuerpos por feminicidios y transicidios en Latinoamérica. Ante la violencia estatal contra géneros y sexualidades no-hegemónicas, nos preguntamos como performar el tránsito desde la masculinidad encarnada al cuerpo vulnerable. Usamos la performance como un acto vital de resistencia y transferencia de conocimientos corpo-políticos.
[ENG] In Deshacer, Rehacer we attempt to displace hegemonic masculinity by reiterating it, exaggerating it, and breaking it, transforming it until we arrive to “feminine” bodies normally subjected to extreme violence under the patriarchal state. Using what we like to call “radical tenderness”, we become through challenging norms of gender and sexuality. Utilising pain and body modification, we also address violence imposed on bodies through feminicide and transicide* in Latin America. In face of state violence against non-hegemonic sexualities and genders, we ask how to perform the transit between embodied masculinity and the vulnerable body. We use performance as a vital act of resistance and transfer of body-politic knowledges.
Performance de Dani d’Emilia y Daniel Chávez
El Paliacate Espacio Cultural, San Cristóbal de las Casas, Chiapas, México
30 de abril de 2015
Incisiones: José Martinez
Fotos: Nelly Cubillos
El título de esta performance fué inspirado por esta cita:
“Lo decolonial no viene desde arriba sino desde abajo, desde los márgenes y de los bordes, de la gente, las comunidades, movimientos, colectivos que retan, interrumpen y transgreden las matrices del poder colonial en sus prácticas de ser, actuación, existencia, creación y pensamiento. Lo decolonial, en este sentido, no es un estado fijo, un estatus o condición; tampoco denota un punto de llegada. Es un proceso dinámico siempre en proceso de hacerse y re-hacerse dada la permanencia y capacidad de reconfiguración de la colonialidad del poder. Es un proceso de lucha, no solo contra sino más importante aún, para- para la posibilidad de un otro-modo o modo-otro de vida. Un proceso que engendra, invita a la alianza, conectividad, articulación e interrelación, y lucha por la invención, creación e intervención, por sentimientos, significados y horizontes radicalmente distintos.”
(Catherine Walsh, Notas pedagógicas desde las grietas decoloniales)